Esta semana he visto como reanimaban a un hombre cuando iba de camino a la estación de autobuses, rodeado por lo menos de 9 o 10 personas, (médicos, los de la ambulancia y que se yo) un trabajador salió de su puesto de trabajo y me dijo que al hombre le había dado un infarto.
Allí tirado en el suelo, otro dándole un masaje cardíaco (no se si dice así). Situación absurda yo transeúnte disparada en busca de coger el autobús mientras otra persona se debatía entre la vida y la muerte.
A una de las personas que atendía al pobre hombre, se le saltaban las primeras lágrimas.
Entiendo que la cosa no acabaría bien.
Que curioso, aprox a la altura del Alcampo de Granada.
Definitivamente prefiero ser abogada.
¿Y si eso me pasa sola?¿Qué hago?
Debería hacer un cursillo de primeros auxilios.
Lo propondré para el Máster de prácticas jurídicas del año que viene (como algo extra) en mi memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario